miércoles, 15 de agosto de 2012

HISTORIA DEL TELETRABAJO: Si pretendemos remontarnos al origen del concepto de teletrabajo, entendido éste como trabajo a distancia mediante el uso de telecomunicaciones, entonces podemos decir que surge inicialmente en los años 70, con la crisis del petróleo, con el objetivo primordial de ahorrar energía evitando desplazamientos que provocarán consumo de derivados del petróleo. A partir de los setenta, las telecomunicaciones están cada vez más integradas con los dispositivos de proceso de datos, y cada vez presentan menor coste y mayor capacidad de uso (Hervás y Román, 2000). La primera aportación en este sentido es la de Jack Nilles de la University of Southern California que consideraba que las personas podían teledesplazarse para trabajar usando comunicaciones remotas basadas en las tecnologías de la información. Desde entonces se han publicado diversos trabajos defendiendo las ventajas o apuntando los inconvenientes del teletrabajo. Por otra parte, las experiencias en las empresas han sido muchas, al tiempo que emergía durante los años 80 el teletrabajo como forma de autoempleo, debido a presiones personales para permanecer en el hogar o por querer empezar un negocio propio invirtiendo poco capital en él. En este sentido, el crecimiento del Teletrabajo puede deberse tanto al incremento del autoempleo, como a la actividad empresarial que el clima político favorecía. Hoy en día a las puertas del siglo XXI, observamos que los cambios en los tres niveles a los que hacía referencia Qvortrup (1992) que hemos referenciado en la primera parte de este documento son fundamentales y se están produciendo al mismo tiempo y además se refuerzan e interrelacionan entre sí. Ahora bien, por el contrario, esta evolución no es homogénea a nivel mundial. El teletrabajo está más desarrollado en los países anglosajones en lo que a Europa se refiere, y más aún en los Estados Unidos, a nivel mundial. Para Dvorak y Anis (1992) las razones para su desarrollo en Estados Unidos han sido las siguientes: * Descentralización de las empresas dada la amplitud del territorio, * Recorte de gastos, * Agilización de sus servicios, * Búsqueda de un mayor radio de acción de las empresas con sus empleados dispersos por una gran área geográfica. Y para una amplia mayoría de países europeos, las razones para su desarrollo fueron éstas (Montiel, 2003): * Desarrollo de economía local de regiones aisladas, disminución de costes y fomento del empleo (Reino Unido). * Desarrollo regional y fomento de la competitividad (Francia). * Reducción de costes (Italia). * Desarrollo regional y organización del mercado laboral (Alemania). * Fomento de la competitividad (España). En lo que se refiere al futuro del teletrabajo, es poco probable que los factores que han motivado su desarrollo del teletrabajo desaparezcan: los problemas de tráfico aumentarán, el respeto al medio ambiente constituirá una mayor exigencia, las empresas necesitarán incrementar su flexibilidad y competitividad, tendrán que reorganizarse y contratar a personal más cualificado, mejorar el servicio al cliente y reducir los costes fijos. Parece probable que el teletrabajo siga creciendo en el futuro. Las predicciones sobre el número de trabajadores varían en gran medida dependiendo de cómo se defina el teletrabajo. Tomando Estados Unidos como referencia, se estima que las cifras se sitúan en 33 millones de usuarios y 10 millones en el Reino Unido para el año 2010 (Hispavista, 2003). Sin embargo no se va a producir una revolución del teletrabajo. Lo que parece más probable es un cambio paulatino de las formas de organización laboral como consecuencia de la revolución informática.

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